sábado, 5 de abril de 2014

Adaptación de un cuento


Jacob Grimm y Wilhelm Grimm
He realizado una adaptación del cuento El hombre de la piel de oso recopilado por los Hermanos Grimm.

La historia trata sobre un soldado que se queda sin nada tras finalizar la guerra, desesperado acepta una penitencia que le propone el Diablo en la que tendrá que estar siete años sin lavarse, sin afeitarse ni cortarse el pelo y las uñas,  vistiendo siempre una capa de oso y durmiendo en un lugar diferente cada noche. Además no podría rezar a Dios. A cambio, el Diablo le da un traje mágico de forma que si mete las manos en los bolsillos sacará oro. En caso de no superar esos siete años el Diablo se quedará con su alma. 

Según los estudios de Bettelheim, Propp y otros folcloristas, el cuento maravilloso representa la vida infantil. Al principio los personajes se encuentran seguros en su núcleo familiar pero por algún motivo, ya sea por voluntad propia o no, tienen que marcharse del hogar y pasar ciertas pruebas en dicho camino.

Los cuentos maravillosos sirven para: estimular la fantasía, la creatividad (al ser narrados y al no usar dibujos, los niños generan imágenes en su mente a través del cuentacuentos),  la lógica (aprenden de forma inconsciente el concepto de causa y consecuencia) y el lenguaje, liberar de los miedos e incorporar a un sistema de actitudes, valores y normas.
Tanto los mitos como los cuentos de hadas responden a las eternas preguntas: ¿Cómo es el mundo en realidad? ¿Cómo tengo que vivir mi vida en él? ¿Cómo puedo ser realmente yo? Los cuentos dejan que el niño imagine como puede aplicar a sí mismo lo que la historia le revela sobra la vida y la naturaleza humana". Bruno Bettelheim. 
La adaptación la realicé en base a la edad de los receptores, 4-5 años, periodo (comprendido desde los cuatro hasta los seís años) dónde se encuentran en la "edad de los cuentos", siendo los cuentos clásicos muy atrayentes. El hombre de la piel de oso responde a las características del cuento maravilloso y por eso, consideré fundamental mantener la estructura básica de la historia y lo mágico de la misma.

En primer lugar inventé un título diferente para el cuento, El hombre que llegó a medir catorce metros, pero que conserva el carácter del original. 

En la historia he incluido una fórmula de entrada, "Había una vez", y otra de salida, "Y colorín, colorete por la chimenea sale un....¡cohete! ", puesto que ambas son propias de los cuentos del folclóricos.  No obstante se pueden cambiar a la hora de narrarlo, en función de cuál sea nuestra intención. Por ejemplo, con la de salida, en caso de querer contar un cuento más,  podríamos decir: "Zapatito roto y usted me cuente otro".

A los personajes más importantes les puse nombres para que sean fácilmente identificables:
  • Protagonista: Daniel.
  • Duende: Tolín. 
  • Hermanas mayores: Primula y Petunia. 
  • Hermana pequeña: Violeta. 
Además cambie la profesión del protagonista y la naturaleza de la criatura (en vez de un Diablo es un duende, de forma que conserva ese elemento mágico de la historia) que le propone la penitencia. Además eliminé los elementos morbosos de la historia como el Diablo, los suicidios, la pérdida del Alma, etc.

Las pruebas por las que pasa han sido modificadas, pero no obstante mantienen la esencia: son pruebas que conllevan que el protagonista adquiera una apariencia que hará que los demás le rechacen y a su vez, que pongan a prueba su valentía. El medallón que le proporciona la madre de Daniel cumple una doble función: representa a una fuerza divina que ayuda al protagonista y además simboliza el amor que sienten sus padres a pesar de que él tenga que irse de casa.

El motivo por el cual el joven acepta el pacto sigue siendo el mismo, el deseo de hacer fortuna.

La extensión de la historia es mucho menor con el fin de mantener la atención de los niños. También el lenguaje lo he adaptado a la edad de 4-5 años y hay ciertas palabras que pueden ser difíciles pero que se sacan por el contexto. Dentro este punto, destaco la frase que he incorporado, "Perolo, dame el oro", que permite al protagonista obtener monedas de oro de la olla. Esto lo incluí porque pensé en el momento del cuentacuentos, puesto al ser un cuento del folclore es la técnica más conveniente para esto, y que sería una buena forma de interactuar con los niños.

El final de la historia es similar al anterior, pero quitando los suicidios y añadiendo un aspecto diferente, cuando Daniel consigue ganar el reto vuelve a su hogar para compartir su fortuna con sus padres.

Espero que os guste mi adaptación. 

El hombre que llegó a medir catorce metros

Había una vez una familia humilde de granjeros que tenían un único hijo llamado Daniel. Cuando Daniel cumplió dieciséis años se marchó de casa para hacer fortuna, pero antes su madre le regaló un gran medallón que si bien no le haría rico si le ayudaría en su camino.

Daniel trabajó un tiempo de leñador, dándole apenas lo suficiente para vivir. Un buen día, su hacha se rompió, y ya no tenía más dinero para comprarse otra. Desolado y sabiendo que sin su hacha ya no podría trabajar, se sentó en un tocón.

Al poco apareció una pequeña criatura que nunca antes había visto el leñador. Era un hombrecito, con gorro en pico y mirada astuta. Daniel le preguntó:

— ¿Y tú quién eres?

El hombrecillo contestó:

— El duende  Tolín. Sé que has perdido todo, pero te puedo proponer un trato que te hará inmensamente rico. Solo, a cambio, tendrás que cumplir un reto.

Entonces, Daniel dijo:

— ¿Qué reto?

A lo que Tolín respondió:

— Por solo dos años crecerás cada mes medio metro,  tendrás que dormir en un lugar diferente cada noche y me tendrás que dar ese medallón tuyo. En caso de no superarlo serás mi criado y si lo superas, eso significará que eres un hombre valiente.

Después de pensarlo un buen rato, Daniel acepto la prueba. Antes de marcharse, el duende le dio una pequeña olla que se llenaba de monedas si decía: Perolo, dame el oro.

Daniel se fue al pueblo más cercano y se compro una casa dónde escondió todas las monedas que pudo para recogerlas cuando terminase el reto de Tolín.

Durante los dos primeros meses, Daniel no tuvo ningún problema. En cada lugar que visitaba era bien recibido, por su oro y su gran altura, que le permitía alcanzar  sitios dónde los demás no podían
.
Pero cuando llegó a medir más de cuatro metros, la ropa y el calzado le quedaban pequeños, y no entraba en las casas. La gente se asustaba al mirarle porque pensaban que era un gigante.

Aunque ofreciese  mucho oro no le dejaban entrar en las posadas para pasar la noche y cada día se sentía más solo.

Un día se encontró a un hombre llorando en el bosque. Daniel le preguntó que por qué lloraba y  el hombre le contestó:

— Tenía un taller de carpintería pero se quemó. Ahora no podré mantener a mis tres hijas.

Daniel sacó su olla de oro y dijo:

— Perolo, dame el oro — Al instante, aparecieron las monedas de oro y se las dio al carpintero.

El hombre aceptó muy  agradecido el dinero, con el que podría construir un taller mejor al anterior, e invitó al joven a su casa. Durante el camino el carpintero se dio cuenta que Daniel era un joven muy bueno y amable, a pesar de su aspecto diferente.  Por eso, le dijo que si una de sus hijas quería casarse con él, sería feliz de que fuese parte de su familia.

Cuando llegaron a la casa, Daniel esperó fuera para que el carpintero les hablase a sus hijas sobre él. Las dos hermanas mayores, Primula y Petunia, al saber que tenía una olla que le daba todas las monedas de oro que desease quisieron casarse con él, pero al verle por la ventana exclamaron:

— ¡Nunca me casaría con un hombre así! ¿Qué pensaría la gente del pueblo? — Y con rapidez se encerraron en su habitación.

La hermana pequeña, Violeta, que era una joven dulce y de buen corazón le dijo a su padre que quería conocerle puesto que si le había ayudado eso significaba que era una buena persona.

Daniel entro con gran dificultad en la casa, agachado, porque el techo era demasiado bajo. Violeta y Daniel estuvieron muchas horas hablando, y cuando ya estaba amaneciendo él dijo:

— ¿De verdad quieres casarte conmigo? —Violeta que se había enamorado de Daniel por su bondad contesto que sí —Yo me tengo que ir para cumplir un reto, volveré al cabo de medio año.  Si para entonces aún quieres ser mi esposa, nos casaremos.

Daniel se marchó de la casa y continúo su viaje. Cada día dormía en un lugar distinto, y cada día era rechazado por la gente que lo veía. Todos pensaban que era un temible gigante que quería hacerlos daño.
Muchas veces pensó que no lo iba a conseguir, y cada vez echaba más de menos a Violeta. Pero finalmente llegó el último día de la prueba, y volvió al lugar dónde había visto por primera vez al duende Tolin.

Allí estaba Tolín, enfadado que le dijo:

—Has ganado la prueba, he perdido un sirviente pero bien cierto es que eres un joven valiente. Dame la olla, y te devolveré a tu aspecto anterior—Además, el duende, que era una criatura de palabra, le dio el medallón a Daniel, y éste lo recibió con gran alegría.

Daniel volvió a la casa que había comprado y cogió todas las monedas que había escondido hace dos años. Con ellas se compro un coche de caballos y fue a buscar a Violeta.

Cuando Violeta vio a Daniel, lo abrazó emocionada por estar otra vez con la persona que amaba.

Primula y Petunia al ver que ese joven era él que habían rechazado tiempo atrás por su gran altura se fueron a llorar a la habitación pensando que Violeta era muy afortunada por estar con alguien como él.

Daniel y Violeta se casaron al poco tiempo, pero antes visitaron a los padres de él y Daniel, que era una persona muy generosa, les dio tantas monedas de oro como para vivir cien vidas sin preocuparse por nada.

Y colorín, colorete por la chimenea sale un....¡cohete!.

BIBLIOGRAFÍA:

-Apuntes de Literatura Infantil.
-Fomento de la lectura. Simbología de los cuentos folcróricos.
-Rodari y la creatividad.
-Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector.
-Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura (Francisco Cubells).


WEBGRAFÍA:

https://www.google.es/search?q=el+hombre+de+la+piel+de+oso&oq=el+hombre+de+la+&aqs=chrome.0.69i59j69i57j0j69i61j0l2.6088j0j7&sourceid=chrome&espv=210&es_sm=93&ie=UTF-8



10 comentarios:

  1. Hola Ana,

    Para empezar me ha encantado la adaptación que has realizado sobre " el hombre de la piel de Oso".

    Se nota que te has fijado en todos los detalles que debíamos de seguir.

    Primeramente hacer un resumen del cuento original para situar a los lectores de que cuento estas adaptando.

    Como bien has dicho, has seguido la estructura básica , ya que es importante que la esencia no se pierda, aunque hayas cambiado el título , en cuanto a los personajes , muy bien quitado al " diablo", ya que ese para los niños es mejor poner a otro personaje ya que como sabemos en los cuentos fólcloricos , hay que quitar temas morbosos, igual que el tema del alma.

    Me ha encantado la idea que el personaje principal vaya haciendose más y más grande, ( es muy original) , ya que eso produce también rechazo al ver que es diferente a los demás.

    Yo tal vez pondría una onomatopeya cuando dices y "alli apareció Tolin " . Por otra parte me ha parecido un pelín largo el cuento a la hora tal vez de contarselo a los niños es mi opinión, de resto esta perfecto.

    Para finalizar decirte que has hecho un GRAN TRABAJO, se nota que te lo has trabajado y has dedicado muchas horas para hacerlo perfecto.

    Muchas Felicidades!!! Y sigue así!!

    Mua!

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    1. Hola maría.

      Muchas gracias por tu gran comentario y tus aportaciones. Me parece genial que hayas dedicado este tiempo para ayudarme con mi trabajo.

      Estoy muy de acuerdo contigo de la importancia de mantener esa esencia, porque sino ya no sería una adaptación sino una historia totalmente diferente. Al leer tu entrada también percibí esa intención de respetar al máximo la estructura.

      Gracias por tu idea de la onomatopeya, pensaré en incluirla en algún momento de la historia. De todas formas son cosas que a la hora del cuenta cuentos se pueden incluir sobre la marcha, en función del público al que vaya dirigido.

      Sobre la extensión no creo que la reduzca porque sino el cuento perdería elementos que considero elementales pero de todas formas agradezco tu idea. Además hay que tener en cuenta, como ya he dicho con las onomatopeyas, que cuando se cuentan estos cuentos del folclore puedes ir haciendo cambios en el momento de la narración, puesto que hay niños que están más acostumbrados a escuchar historias largas y otros no. Por eso solo se estudia el planteamiento, nudo y desenlace, para así ir incorporando o quitando cosas.

      ¡Un beso!

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    2. Un comentario muy bien planteado, María. Como te comenta Ana, al narrar se incluyen y se quitan cosas pero lo ideal es guardar el cuento como más nos guste para retomarlo el día de mañana y poder narrárselo a los niños.

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  2. Hola Ana:
    Ante todo quiero decirte que te has esmerado y has puesto mucho cariño -como siempre- en la elaboración de tu adaptación titulada “El hombre que llego a medir catorce metros” .

    Pues bien, de entrada es un titulo -a parte de original-que capta la atención y crea intriga a los niños/as. Debido a que este estilo de temas y personajes como duendes, los gigantes ,y sus semejantes (elfos, trols y hadas ) han deleitado ha grandes y pequeños a través de miles y millones de años con el misterio y magia que encierran sus leyendas.

    Entre otras cosas, has seguido la estructura básica del texto original y lo has conseguido. Los nombres que has escogido para algunos de los personajes principales como: ( Tolín, Primula, Petunia ) me parecen muy lúdicos y atractivos sobre todo para los niños/as (4 -5 años) en adelante. Y todos -en su totalidad- encajan adecuadamente con las características  que nos imaginamos de cada uno de ellos .

    Debo de decirte que me ha gustado muchísimo el simbolismo del medallón y la expresión que usa Daniel para hacer aparecer el oro “perolo- dame oro” -¡me gusta¡-.

    Sin embargo, Ana, a mi juicio el texto necesita más fuerza, he intriga. La forma narrativa que has empleado me parece perfecta, porque transmites sensación, movimiento, inmediatez , en cada una de las secuencia.

    Pero por otro lado, cuentas con un personaje como lo es Tolín - para mí un duende es una palabra mágica y seguro para ti también- ya que alude a un espíritu burlón, que a parte de habitar en los bosque o casas, es sigiloso, hace travesuras, aparece, desaparece, juega mala pasadas, tiene poderes de transformarse en otros objetos como (plantas, etc)... por eso te podría sugerir que sacaras mucho más partido a este personaje. Ya que en el texto no se ofrece muchas pistas sobre él; como una característica más sobre su vestimenta o apariencia física o plantear una situación de intriga, sorpresa divertida entre él y Daniel -¡siendo un duende y un gigante¡-. También coincido con María que te sugirió una onomatopeya .

    Puesto que las figuras o recursos literarios aportan dinamismo a la narrativa, sin tener que caer en un texto descriptivo como tal. Creo que a estas edades de (4-5 años) cuando los niños/as están en su proceso imaginativo y creativo, estas situaciones de suspenso, sorpresa... les anima a descubrir, investigar, así sea, a plantearse preguntas sobre los duendes - ¿ Qué comen?,¿ Dónde duermen?, etc -como ejemplo-.

    En realidad Ana es lo que veo que podría sugerirte, porque lo demás esta genial. Es espero que te sirva de algo mi aportación.

    ¡Un besito y abrazo con cariño¡.

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    1. Hola Melissa, gracias por tu aportación.

      Me alegro que te haya gustado mi adaptación y los elementos que he añadido.

      Sobre los nombres tienes totalmente la razón, para esos tres personajes quería unos que encajasen con ellos. Todas las hermanas tienen nombres de flores, pero para las mayores les puse unos que a mi parecer me trasmiten una especie de pedantería por sí decirlo. Con el duende tuve un montón de problemas para elegirlo porque casi todos los que encontraba empezaban con Alf- y me recordaba a los ayudantes de Santa Claus.

      En cuanto a lo que dices de Tolín, podría incluir algo más sobre él pero veía que mi cuento ya era demasiado extenso y por eso no lo hice. Además, como ya le dije a María, esta historia es una base que el cuentacuentos puede ir modificando durante su narración al ver las reacciones de los niños. No obstante pensaré en alguna situación para esto.

      ¡Un beso!

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    2. Muy buenas anotaciones también, Melissa.

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  3. Hola Ana,

    en primer lugar, darte la enhorabuena por tu adaptación. He sido consciente de su desarrollo y me ha encantado como ha quedado finalmente. Además, has desarrollado el tema de los textos folclóricos haciendo una pequeña reseña de los grandes recopiladores “Los Grimm”. También has elaborado un resumen del cuento, haciendo así que aquellos que no han leído y/o escuchado el libro de El hombre de la piel de oso se hagan una idea de qué trata.

    Para comenzar con mis recomendaciones, yo no pondría la afirmación: “Según los estudios de Bettelheim, Propp y otros folcroristas, el cuento maravilloso representa la vida infantil. Al principio los personajes se encuentran seguros en su núcleo familiar”, puesto que no se relaciona esta afirmación con el libro dado (el protagonista del libro de los Hermanos Grimm, el hombre de la piel de oso, es soldado y su núcleo familiar está desestructurado totalmente).

    En segundo lugar, revisa que en el párrafo en el que hablas sobre que los cuentos maravillosos ayudan a estimular la fantasía, la creatividad, etc… añadiría que no son moralizantes, puesto que es una diferencia muy importante frente a otro tipo de textos.

    Además, te recomiendo que pongas algún ejemplo que se halle en el cuento para que quien lo lea pueda relacionar conceptos y no solo parezca que es una mera explicación de lo que fomentan este tipo de textos sin más.
    También repasa algunos verbos que pones en pasado y que llevan acento, como: “llegó, trabajó, preguntó, compró, aceptó, esperó”…

    Por otra parte, desconocía que los niños de 4-5 años se hallen en la edad de los cuentos, me ha gustado saber esto, y buscaré sobre ello. Asimismo, me ha llamado la atención la fórmula de salida que has situado en el principio, antes de tu adaptación: "Zapatito roto y usted me cuente otro", puesto que nunca la había escuchado antes. Pero revisa que no es la misma que utilizas al finalizar tu adaptación, que es Y colorín, colorete por la chimenea sale un....¡cohete!.

    En tercer lugar, me ha parecido muy apropiado el cambio que has realizado con el simbolismo del medallón por el rezar a Dios. Estimo que los niños lo entenderán mejor como lo has modificado que como aparece en el cuento original.

    Me ha encantado la frase: “Perolo, dame el oro”, opino que es muy acertado y que los niños le va a gustar mucho, es muy ingeniosa y como bien comentas, ayudará a que los niños interactúen.

    En cuanto a las sugerencias de María y Melissa, considero que el texto tiene una extensión adecuada, y según los receptores puedes acortarla o alargarlo, y puedes ir a medida que lo narras poner más énfasis en ciertos aspectos que así lo consideres.

    En relación con lo que te ha comentado Melisa, es cierto que puedes sacarle más partido a ciertos elementos, pero estimo que no es imprescindible, puesto que tal vez el texto se haría tedioso si añades más aspectos, y como el fin de este tipo de textos es que los niños imaginen, no lo veo necesario.

    Espero que mis sugerencias te hayan servido, y apliques las que juzgues que te ayuden a mejorar.

    Para finalizar, te propongo que seamos como los Hermanos Grimm, recopiladoras, ¡podríamos tener un buen futuro!

    Un beso,

    Natalia

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    1. ¡Hola, Natalia!

      En primer lugar, muchas gracias por tu comentario.

      Sobre lo que dices de Bettelheim, Propp y otros folcloristas no estoy de acuerdo, puesto que en algún momento, aunque fuese breve (el protagonista se alistó al ejército con apenas doce años), sí que vivió una época medianamente segura en su núcleo familiar. Además creo que no debe contemplarse esta idea de forma literal, ya que nuestra concepción sobre la seguridad en la infancia no corresponde con la que tenían antiguamente. No considero que las expectativas vitales de los niños de hace siglos fuesen las mismas que las de la actualidad.

      En cuanto a lo de que no son moralizantes, lo voy a incluir en otro párrafo y no en ese, puesto que este corresponde solo a los aspectos que desarrollan los cuentos folclóricos en los niños. Tu idea de los ejemplos es muy buena, incluiré algunos.

      Gracias por recordarme lo de las tildes, ya las he corregido.

      Sí, los niños de 4-6 años se encuentran en la "edad de los cuentos". Voy a cambiar esa frase porque puede llevar a confusión y a pensar que ese periodo corresponde a los niños de 4-5 años. La fórmula de salida a la que aludes, la del cohete, está especificado que es esa la que uso pero que en el cuentacuentos puedes cambiarla por otras según tu finalidad. Te dejó el párrafo:

      "En la historia he incluido una fórmula de entrada, "Había una vez", y otra de salida, "Y colorín, colorete por la chimenea sale un....¡cohete! ", puesto que ambas son propias de los cuentos del folclóricos. No obstante se pueden cambiar a la hora de narrarlo, en función de cuál sea nuestra intención. Por ejemplo, con la de salida, en caso de querer contar un cuento más, podríamos decir: "Zapatito roto y [...] "

      Estoy de acuerdo contigo sobre los comentarios de María y Melissa. Como bien dices a la hora de narrarlo se pueden ir incluyendo o quitando elementos según la intención.

      Realmente sí que me han ayudado, las tuyas y las del resto de compañeras. Os agradezco mucho que hayáis dedicado vuestro tiempo en ayudarme a mejorar mis trabajos.

      Claro, ya después de esta adaptación me veo capaz de hacer muchas más.

      ¡Un abrazo fuerte!

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    2. Unas anotaciones estupendas, Natalia.
      Si miras los cuadros de LUVIT verás cómo se apuntan los 4-7 como la edad en la que los niños adoran los cuentos maravillosos aunque, como dice la teoría, antes pueden acercarse a otras manifestaciones literarias folclóricas como los cuentos mínimos, los de nunca acabar, los acumulativos y todo un caudal de literatura folclórica en verso para cantar y jugar.

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  4. Un trabajo perfecto, Ana. Enhorabuena.

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